Que en su día tú clamastes al Señor.
Y esa bendición
Tiene nombre: Jon Lopez Oliveira.
En tu rostro ,
Brillan tus ojos, mi querida Jessica,
Mucho más que los rayos del sol.
Radiantes.
Te miro y eres hermosa
Me parece tu belleza,
Reflejo del gozo
Que tiene tu corazón.
Porque una vida crece en tu interior.
Joan, mi eterno niño,
Porque así es tu alma: siempre buscando y sensible;
En ella ,cual mariposas, se hallan
Las cualidades de un hombre entregado a Dios.
Imperfecto hombre que no pierde ni un instante a ese ser inmortal y eterno
Al que És. Al que murió por el en el Madero....
No le quita la vista ni un instante
Porque cuando lo hace, se siente perdido, ausente, entristecido...
Su vida está en el amor
Y por eso con cariño yo llamo Papa John.
Cuando llegué por primera vez a mi Iglesia
fue la voz de Dios hablándome a través de los labios de Jessica.
Los que me impactaron
Y me quedé prendido:
De esos huesos muertos que resucitaban a la voluntad de Dios por boca del Profeta.
Yo estaba muerto
y de repente me sentí vivo.
Pues como profeta yo te digo
Pues no soy yo quien habla; Es el Espíritu.
"Jon López Oliveira
Tu que aún no has visto el mundo
Y estas conectado con mi esència yo tu Dios te Bendigo.
Serás alegre como tú padre
Y serio como tú madre.
No andarás sólo. Yo andaré Contigo.
Nacerás un día 20 soleado bendecido.
Serás el orgullo de tus padres
Y me amarás y mi amor será en tí.
Antes de que abras los ojos le hablaras a tu madre en un sueño
Y tu padre verás primero.
Alegrarás al entristecido
Serás noble y justo
Yo te llevaré donde siempre has querido.
Vivirás una vida plena y cuando tengas 30 años conocerás a una preciosa mujer morena con ella te casaras y tendrás siete hijos.
Unos tuyos otros serán tus protegidos.
Desde ahora edificaré tu vida en la Roca.
Ve tranquilo. Desde ya . Yo te llamaré hijo.
Pues del amor vienes
De las oraciones de tus padres
Que estuvieron llamándome
Y fueron bendecidos.
Jessica camina confiada.
Joan, me encontrarás cada mañana escuchándote.
Y todo lo bueno y noble que me pidas
Yo voy a dártelo.
Pues he visto tu corazón y también tu nerviosismo.
Escucha al primero y dile al segundo
Silencio...Dios está conmigo!".
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