sábado, 20 de diciembre de 2014

EL LLANTO INVISIBLE

En sus ojos habían lagrimas....
pero nadie las veía,
ni siquiera su alma se daba cuenta
de la pena que sufría.

Se oscureció su razón
dejo de latirle el pulso
y en su mirada...
poco a poco apareció
atisbos de una vida marcada
por pensamientos irrazonables.

¿hasta cuando durara mi pena?
se repetía hasta el alba
y una voz le decía:
durara tanto como quieras que dure
solo tu puedes pararla.
¿como puedo detenerla
si viene sin ser invitada?
eso no es cierto
tu la llamaste mientras pensabas.

Cuando el perdió su rumbo
nadie pudo ayudarle
ni le dio esperanza
porque no escuchaba nada
estaba preso de su desidia
cuanto mas quería avanzar
mas retrocedía
hasta el punto en que volvía
al punto de partida.

La voz volvió a llamarle
pero esta vez si pudo escucharla
y empezó a caminar
y todavía hoy
simplemente camina.

sigue un camino nuevo
un camino que el sabia
pero nunca había tomado
y esa aventura es mágica
y le ha vuelto la sonrisa
el llanto invisible
se convierte poco a poco
en manifestaciones de alegría
pronto dejaran de atosigarlo
esos pensamientos persistentes
que parecen pájaros enloquecidos
dentro de una vitrina.
El ha conseguido tanto
que lo único que me provoca al verlo
es orgullo y alegria.

Se crea su propio camino
y va creando nuevas salidas
crea atajos donde habia muros
que le impedian el paso
ve señales que antes no veia
que le indican nuevos caminos
nuevas ideas
una nueva y brillante vida.

2 comentarios:

  1. Hay todo un mundo esperando. Solo hay que abrir los ojos y verlo. Y como quien no quiere la cosa dejar abierta las luertas de la cabeza oara que esos pajarracos que a veces hacen demasiado ruido vuelen de una buena vez. Un buen metodo es no alimentarlos. Cuando ven que no tienen nada ellos solos se van Bravo sobrino.

    ResponderEliminar
  2. Un nuevo mundo, una nueva vida, muchas cosas bellas por descubrir.

    ResponderEliminar

explicant Jesús.

Sí, del cor surt lo que tu ets  Amb els teus llavis beneixes O malaeixes. Tot lo que pronuncies i declarés te poder Vigila que dius Que de l...