Título: A ti, querida criatura
A aquel que ha de llegar,
Que se gesta en el vientre de su madre Linda,
A quien su padre, Michael, llena de inmensa alegría,
A ti, hermosa criatura,
Dedico esta poesía.
De tus padres te diré,
Que son parte de mi familia,
No de la que la sangre me dio,
Sino por la sangre de Cristo
Llegaron a mi vida.
Tu padre es divertido, observador,
De corazón noble y sincero.
Tu madre es más tímida,
Y hace honor a su nombre,
Porque es verdaderamente linda.
Recuerdo sus días de noviazgo,
Dos jóvenes cristianos enamorados,
Que el año pasado se casaron.
Hijos de Dios, del amor más grande,
Tan hermosos como lo es su juventud.
No podrías haber elegido mejores padres.
Sé, incluso antes de que llegues,
Que serás querido y estimado,
Protegido y muy amado.
Con tu padre he hablado de cosas profundas,
Él sabe escuchar, es reservado,
Y con él se puede bromear,
Porque su fe es grande
Y su sentido del humor, muy sano.
Te hará reír mucho.
Tu madre, dulce y serena,
Es más reservada,
Pero nunca vi mujer más enamorada
Que ella mirando a tu padre,
Con una mirada que dice más que mil palabras.
De ella tendrás ternura y sabiduría,
El arte de un silencio que habla
Más allá de las palabras.
Y ya ahora, te quiere tanto...
No sé cómo serás, querida criatura,
Si serás un niño fuerte
O una preciosa niña.
Sea lo que seas,
Serás más hermoso u hermosa
De lo que jamás pueda imaginar.
Y me preguntarás:
—¿Cómo lo sabes, tío Gerard?
Yo, en versos, te contestaré:
Porque he visto un amor tan profundo en tus padres,
Una unión tan perfecta,
Que solo puede nacer de ella
La más hermosa de las criaturas: tú.
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