iba caminando a su trabajo;
no podía permitirse pagarse un auto,
ni el billete del autobús,
todo su dinero iba destinado
a la educación de su único hijo.
Trabajaba 15 horas diarias
y por la noche cuando llegaba a casa
exhausto...
siempre después de ducharse;
se acercaba a la habitación de su hijo
y le besaba en la frente.
Se pasaba horas observándole
y mientras le miraba...soñaba
se lo imaginaba desempeñando grandes proyectos
grandes empresas
se lo imaginaba mandando.
Su trabajo era duro
pero nunca desatendía a su hijo
por muy dura que hubiese sido su jornada
cada mañana antes de marcharse
le dejaba preparado el desayuno
y una nota que rezaba:
hagas lo que hagas yo siempre me sentiré orgullo de ti
y te apoyare en todo cuanto hagas.
Su hijo al levantarse iba a la universidad
y estudiaba con tal empeño
que no tuvo nunca un suspenso
logrando sacarse la carrera de abogado.
Con el tiempo logro hacerse un nombre
y ahora es el que se levanta temprano
y le prepara el desayuno a su padre
dejandole una nota que pone
te quiero
tu eres el héroe de mis sueños
y el hombre al que quiero parecerme
gracias por quererme papa
y por ser mi mejor amigo.
Es muy hermosa esta historia de reconocimiento y amor mutuos, ojalá todos los hijos actuaran así:cuando faltan las fuerzas físicas tener ese apoyo moral que desgraciadamente muchas veces falta. Un saludo.
ResponderEliminarhay que cuidarles tal como ellos nos han cuidado mi querida amiga
EliminarGerard me recordaste a mi viejo, que ya no esta, pero esta presente cada día y hay muchos momentos en que necesito su fortaleza intensamente.
ResponderEliminarMuy buena tu poesía de las cosas diarias, que por eso mismo, por ser tan diarias se nos pasan de largo.
Un gran abrazo.
Vaya belleza has plasmado Gerard, muy emotivo como siempre, eres un sol niño.
ResponderEliminarBesos
Es tan especial ver el agradecimiento de un hijo a su padre o madre cómo hermoso saber que todo aquello que dieron por nosotr@s, con el más puro y noble de los amores se lo devolveremos cuando se hace y nace desde lo más profundo del alma y del amor.
ResponderEliminarAdemás leído con imagine, gallina de piel Gerard!!!
Gracias por unos instantes tan únicos!
Me emocione... ¿que no hacen los padres por sus hijos? Y creo que no hay nada mas bonito para ellos ver que sus hijos llegaron a estar bien y felices, y ahora les cuidan y les dan las gracias por todo lo que han hecho por ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
M'has fet plorar, Gerard. Me he emocionado leyéndote.
ResponderEliminarGracias por crear esta poesía y compartirla.
Una historia que conmueve y emociona. Seria maravilloso que aquellos padres que han luchado por sus hijos, dándoles ánimos y transmitiendo ilusión, correspondiesen al final como este hijo. Lo que si he aprendido siendo madre, es que daré todo lo mejor de mi,pero sin esperar nada a cambio. Mi recompensa que sean buenas personas y vivan vidas plenas. Precioso poema.
ResponderEliminarIncreíble, los pelos de puta... Ese afán por su hijo, dejarse la vida en él... Muy apreciado el poema, que es un padre sino un apoyo incondicional de su hijo. Muchas gracias por compartirlo. un saludo
ResponderEliminarmuchisimas gracias por vuestros comentarios
ResponderEliminarEs bueno leerte compañero. Una bonita historia.
ResponderEliminarAmas mucho a tu familia, se nota mucho en tus poemas. Qué bien!
ResponderEliminarMe encanta leerte, pero a a veces acabo con una "llorera" que no sé... eres muy emotivo y tus escritos emocionan, y más en estos tiempos tan de apariencias y banalidades. Ay!!! voy a ver si me tomo un té con miel... Un abrazo!
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