viernes, 26 de enero de 2024

LA FAMILIA QUE DIOS ME DIO.


Unidos por el Espíritu
Sin juzgarme 
Dios me dio una familia aparte.
Tengo la mía, la de sangre
Pero ellos ven quien fui
Lo que he hecho
Ven esa parte que poco a poco se va
Pero para ellos sigue siendo gigante.
La familia que Dios me dió
Mira hacia adelante.
Me apoya
Me corrige
Está
Ante ellos yo no soy el hombre que tantas veces erró
El hombre que era antes.
No me juzgan ni me alejan
Sino se acercan y son constantes.
Con amor me reconfortan
También me corrigen
También me exhortan.
Siento un amor genuino
Que cuando caigo me levantan
Si tengo pánico vienen a buscarme
Si me hundo me tienden la mano
No soy ese bicho raro que todo cuanto dice es cuestionable 
No me ven por lo que fui
Sino por quien seré.
No me hacen vacío sino se acercan y me abrazan 
Son amables y cariñosos
No soy una obligación sino un hermano más
Si hablo no se burlan 
No me ningunean ,sino escuchan
Me comprenden y tienen dulzura en sus palabras 
Mi familia de sangre esta unida 
Los cimientos los pusieron nuestros padres.
Es grande . Más de treinta y creciendo.
Cuando hay tempestad. Somos escudo los unos de los otros.
La más cercana. 
Soy el cuarto hijo el más pequeño 
O como decían el pequeño de los grandes.
Desde niño crecí con mis hermanos y mis primos. 
Nos une un vínculo de amor infranqueable.
Mis hermanos se encontraron con un ser impredecible
De comportamiento impulsivo
Con corazón noble y también ingenuo.
Hay quien responde y quien calla
Quién me llama y se interesa
Los hay que me confían su descendencia.
De todos mis sobrinos con todos jugué y estuve cuando eran niños.
Unos se hicieron hombres
Otras mujeres.
Pero la magia que hubo en su infancia los años lo volvieron un instante.
Me duele en el alma su indiferencia
Me duele en algunos un amor que siento fingido.
Su total desapego en unos
Es como un disparo justo en el cerebro 
Acaso los culpo?
No. 
Yo me gané el título de idiota.
Pero lo que no ven
Es lo que lo provoca.
Se quedaron con un concepto de mi persona;
Unos se esfuerzan por conocerme mientras otros me dan por muerto y me ignoran.
Y no los culpo ni mucho menos dejo de quererles. Nunca 
Durante toda mi vida mi comportamiento impulsivo me llevaba siempre a la derrota.
Me hablaban pero no entendían
Que por mucho que quería no podía. 
Estaba encadenado de ideas y pensamientos que fueron mis carceleros durante muchos muchos años.
Aunque tengo entre ellos quienes si hablo escuchan si expresó sienten si pregunto responden y si me hundo me buscan.
La familia que Dios me ha dado no le importa quien yo he sido si me caigo me levantan. Y me dicen por ese camino anda.
Fuera de ellos hay un silencio interrumpido 
Por ocasiones puntuales.
Con ellos una voz dulce resuena
Es la voz de dios y la buena nueva 

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